martes, 15 de mayo de 2012

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN




¿ Que hacer cuando tienes el corazón roto?
¿ Cuando tu vida se ve interrumpida, empezando a vivirla, cuando tus sueños se ven frustrados y destruidos en un momento ,  cuando la tristeza se convierte en tu mejor amiga y el llanto  pasa a ser tu aliado? 

He aprendido, que la Vida, no es un camino de rosas, sino un sendero empedrado, que tienes que cruzar descalzo. 
Tienes dos opciones: 
 - O lo intentas cruzar   aunque te duela y te hieras los pies. 
- O te rindes y ni siquiera lo intentas. 

Yo he elegido cruzarlo y llegar al final del camino. 


De pequeña, me pasaba las horas, jugando con muñecas. Solía vestirlas, bañarlas, darles de comer y sacarlas a pasear en sus carritos. 
Quién me iba a decir a mí, que muchos años después, en la madurez de mi vida, una enfermedad, me iba a dejar como una de esas muñecas de trapo, con las que tanto me gustaba jugar. 

Si, si , como lo oyes, una muñeca. 
Te contaré mi historia. 

Nací en Melilla, una pequeña ciudad costera a orillas del Mediterráneo.
Debido al trabajo de mi padre, me crié en distintas ciudades.
Soy la pequeña de 4 hermanos, dos chicos y dos chicas.
A los 8 años, nos fuimos a vivir a Granada, aquí pasé los mejores años
de mi vida; fue en esta ciudad, donde mi padre, me enseñó a montar en
bicicleta y donde tuve mi 1ª bici. Recuerdo esa BH como si fuera ayer;
era de color rosa, tenía una luz blanca y una cesta de aluminio donde
llevaba todas mis cosas.
Pasaba las tardes jugando en la calle, tenía un grupo grande de amigos,
jugabamos entre otras cosas, a las canicas, la comba, el elástico y al
escondite.
 

A los 9 años, hice la 1ª comunión y mi abuela me regaló unos patines de
bota, fue uno de mis mejores regalos, me gustó tanto que aprendí a
patinar muy bien. Hacía verdaderas acrobacias con aquellos patines,
solía saltar escalones, lanzarme cuesta abajo, dar vueltas con un solo
pie o con dos.....etc.

A los 13 años, vinimos a vivir a Sevilla y tuve que empezar otra vez
desde cero.
Fue en esta época, cuando mi familia y yo, sufrimos uno de los peores palos de nuestra vida, la pérdida de un ser querido.
 A mi hermano mayor le gustaban mucho las motos, tenía una Honda VFR 7´50 y amaba la velocidad.
A los 24 años se fue a trabajar a León x 6 meses y a la vuelta se mató
en un accidente de tráfico, conducía un coche alquilado, hoy tendría 44 años.
Fue un golpe muy fuerte para  todos, dejé mi niñez atrás y me convertí en adulta en un momento. 

En Sevilla, mi padre me apuntó a dar clases de tenis en el Club Deportivo Hispalis, iba todos los fines de semana y tenía que cruzar media ciudad para llegar.
Aquí fue donde conocí a mi primer amor, se llamaba Eduardo y tenía 2
años más que yo. Me enamoré perdidamente de él, deseaba que llegara el sábado solo para verle, estuve colada por él durante muchos años, pero como suele pasar en estos casos, él no sentía lo mismo por mí, decía que yo era su mejor amiga, esa amiga a la que podías contarle todas tus
alegrias y penas. Lo pasé fatal.
Ahora está casado y tiene una niña pequeña.
 
Recuerdo que a últimos de los 80, todos los veranos, en el mes de
julio, nos ibamos de vacaciones a Rota ( Cádiz ), al Campamento Familiar
"La Forestal", durante esos años, hice muchos amigos, nos veiamos todos
los veranos en el campamento, eramos una pandilla muy numerosa, salvo
uno o dos, todos eran un poco mayores que yo; solíamos salir de marcha
por las noches, hacíamos botellonas en la playa ( a base de tinto con
casera ), nos colabamos en los recreativos y en los pub de los mayores
(siempre nos echaban ), en las noches de luna llena nos vestiamos de
camuflaje y nos ibamos a los pinares del campamento a jugar al escondite
con linternas; imaginate 10 o 15 crios corriendo por ahí y los padres
sin enterarse de nada.
En 1994, cerraron el campamento, no volví a ver a los miembros de mi
pandilla, mis padres acabaron comprandose un apartamento en Benalmádena Costa y desde entonces veraneamos allí.  
Aunque no me ha ido mal, no he vuelto a ser tan feliz como antaño.

A los 17 años, tuve mi primer novio formal, se llamaba Fernando y era mi vecino. Estuvimos saliendo durante dos años y medio. 

Como no era muy buena estudiante , ni tenía claro que carrera quería estudiar, al terminar 3º de BUP, dejé el instituto y me apunté a hacer FP2. 

Mi primer trabajo lo realizé en El Corte Inglés, aunque solo estuve 20 días, por la campaña de Navidad, para mí fue una experiencia. 

Después de varias relaciones fallidas, a los 22 años, llegó Raúl. 
Viviamos en la misma urbanización y nos conocimos una tarde,  mientras paseaba a mi perra Chica.  
En la actualidad, seguimos juntos. 
Él es el hombre más importante de mi vida, el que más me ha querido, el que continúa a mi lado a pesar de la tempestad, el que me hace sonreír cuando la pena me atrapa, el que me cuida, el que me mima, el que me da cariño y el único que consiguió sacarme de la depresión en que estaba sumida. 

- Raúl, quiero que sepas, que eres lo mejor que me ha pasado, que te quiero, aunque nunca te lo diga, que estaba pérdida y tú me encontraste. 
Quiero darte las gracias, por quererme, por comprenderme, por ser paciente conmigo, por acompañadme, por estar ahí cuando te  he necesitado, por ser como eres, por todo esto y mucho más. GRACIAS 

A los 24 años, me coloqué como tripulante de los trenes Talgo y allí trabajé hasta que me entró la enfermedad. 


 Hay 3 pequeños personajillos, que me alegran la vida y a los que veo muy a menudo. 
Ellos son mis sobrinos, se llaman,  Laura, Miguel y Marcos;  de 9, 6, y 2 años respectivamente. 
Cuando nos los traen a casa, a mis padres y a mí, se nos ilumina la cara,  las penas desaparecen y no podemos dejar de sonreír;  En otras palabras alientan nuestros corazones. 


No puedo conluir este capítulo de mi vida, sin hablar de mi pequeña y gran amiga Chica:  

Esta es  mi perra Chica. 
La rescatamos de la perrera municipal, cuando solo contaba con 3 meses de vida. Estaba en una jaula acompañada por su madre y sus dos hermanos. 
El azar quiso, que las manos de mi hermana, la cogieran a ella en vez de a los otros dos cachorros. 
Recuerdo que la primera noche que durmió en casa, la pasó llorando. 
Imagino lo sola y asustada que se debió sentir, en un lugar desconocido,  con unos seres gigantes y extraños. 

Al día siguiente, la llevamos al veterinario, este nos dijo, que la perra venía en muy malas condiciones, que estaba enferma y tenía uno de los pulmones tocado, seguramente por la situación tan precaria en que se encuentran las perreras. 
"Lo más seguro es que no sobreviva, de todas formas,  le pondré un tratamiento" - nos dijo. 
Salimos de la consulta, tristes y cabizbajos, pero no nos rendimos. 

A la mañana siguiente, establecimos un horario de curas y nos fuimos turnando, poco a poco, le suministramos su medicina y la perra sanó, lo habíamos conseguido . 
Ahora tiene 16 años y no se separa de mí, duerme en mi cuarto y donde voy, ella viene detrás, es mi niña mimada. 






UNA MALDICIÓN LLAMADA ELA 




- Definición de ELA: 


La esclerosis lateral amiotrófica (abreviadamente, ELA,) , es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Se origina cuando unas células del sistema nervioso llamadas motoneuronas disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren, provocando una parálisis muscular progresiva de pronóstico mortal.
En la ELA, las funciones cerebrales no relacionadas con la actividad motora, esto es, la sensibilidad y la inteligencia, se mantienen inalteradas.

 - Síntomas: 

Aunque los síntomas tempranos varían de un sujeto a otro, todos los pacientes suelen mostrar los siguientes trastornos: se les caen los objetos, tropiezan, sienten una fatiga inusual en brazos o piernas, muestran dificultad para hablar y sufren calambres musculares y tics nerviosos. 
 La debilidad muscular implica dificultad a la hora de andar y la dificultad de coordinación en alguna de sus extremidades (las manos, especialmente, en lo que se refiere a inconvenientes a la hora de realizar determinadas actividades cotidianas). La extensión de ese debilitamiento,  termina por provocar problemas para masticar, tragar y respirar, llegándose a la necesidad, a este último respecto, de recurrir a la ventilación mecánica.
Progresivamente, aparecen movimientos musculares anormales como ,  espasmos, sacudidas, calambres o debilidad. La progresión de la enfermedad es normalmente irregular, es decir, asimétrica (la enfermedad progresa de modo diferente en cada parte del cuerpo).
La enfermedad cursa sin dolor aunque la presencia de calambres y la pérdida de la movilidad y función muscular acarrean cierto malestar. En cualquier caso, esta sensación suele desaparecer con la medicación específica y el ejercicio. 




EL COMIENZO



En enero de 2006, empezé a notar , que algo no marchaba bien. 
Cuando corría, parecía que mis piernas, pesaban más de lo habitual. 
No le presté mayor atención y continué con mi vida cotidiana. 
Poco después, empezaron las caidas, mi pierna derecha me fallaba continuamente, así que decidí ir al médico. 
Me hicieron radiografías, pero como no vieron nada, decidieron hacer una resonancia  ,  el resultado fue el mismo, todo era normal. 
Tuve que dejar de viajar, mi jefa pensó entonces, en contratarme para  la oficina y acepté. 
Pero la cosa no terminó ahí; al intentar arrancar el coche, noté,  que me costaba mucho, un mes después, tampoco podía cortar la carne, ni abrir la puerta de casa. A mi mano derecha le pasaba algo. 
Asustada, decidí ir al médico de familia y contarle lo que me sucedía.  
Este, me mandó al neurólogo, pero me dieron la cita para 5 meses después, en agosto. 
Mientras esperaba mi turno, tuve 2 esguinces. 

Llegó el verano y como en el pie tenía una  cédula , me fui con mis padres a la playa. 
A últimos de julio, Raúl,  vino a recogerme a Benalmádena ( Málaga ) y nos fuimos a Tarifa ( Cádiz), pues un amigo suyo, nos había invitado a pasar un  fin de semana en su casa.  
Acababan de quitarme la cédula hace unos días y a nuestro amigo, se le olvidó decirnos, que vivía en un 3º sin ascensor. 
Imagínate el plan, yo, con el pie fastidiado, subiendo y bajando escaleras tres o cuatro veces al día. 
Sucedió lo que tenía que pasar, mi situación se agrabó.
Llegaron los calambres y la fatiga; cuando llegaba a la playa y me sentaba en la arena, no era capaz de levantarme sola, mi cuerpo no me respondía y me daban constantes golpes de calor. 

Cuando llegamos el domingo a Sevilla, fuimos  directamente al hospital de urgencias. 
Después de tenernos 4 horas esperando, por fin llegó nuestro turno, nos mandaron al servicio de  traumatología.     
Le expliqué al doctor, lo que me había pasado y me hizo un montón de preguntas. 
Me hicieron un tac y una resonancia. 
Cuando llegaron los resultados, el médico nos dijo que me habían detectado una estenosis entre las vértebras C5 y C6, tenía que operarme o me quedaba en una silla de ruedas. 
Esa noche me hospitalizaron, pero como no había camas libres, la pasé en observación. 
Era 1 de agosto de 2006. 

Al día siguiente, me enviaron a la planta de neurocirugía, cuando el cirujano vió mi expediente, dijo que el diagnóstico no estaba claro y quería una segunda opinión.  Así que me enviaron a la planta de neurología. 
Me sometieron a una serie de pruebas ( todas  dolorosas) , el resultado fue negativo. 
Decidieron entonces, realizarme la operación cervical, para reparar la estenosis. 
Dicha intervención se hizo, el 20 de octubre de 2006. 

Pasó el  tiempo y cada vez estaba peor, para poder andar, necesitaba un andador, empezé a tener problemas al hablar y perdí toda la fuerza de la mano derecha. 
Como no sabían que tenía, me remitieron al servicio de neurología especializado en ELA. 
Me hicieron nuevas pruebas ( electromiografías ) y me diagnosticaron posible ELA, aunque el resultado, no era del todo positivo.



EL  APRENDIZAJE  

Cuando perdí destreza en la mano derecha,  no me quedó otra que intentarlo con la izquierda. 
EL aprendizaje fue duro , tenía que valerme de una mano, para hacerlo todo. 
Tuve que aprender a manejar el ratón con la izquierda, me costó sudor, lágrimas y paciencia, pero lo conseguí. 

Cuando el neurólogo, me dijo que la última prueba había dado positivo en ELA, me derrumbé. Fue la peor época de mi vida. 
Pasaba los días llorando, no quería salir, ni hablar con nadie, estaba siempre de mal humor y lo pagaba con mis padres. 
Cuando me recetaron la silla de ruedas, me lo tomé muy mal, dejé claro, que no me iba a sentar ahí, ni muerta . 
Pero mis piernas ya no me respondían y al final cedí. 


En esta época, mis padres y yo, nos apuntamos a aguaterápia, en el Sato sport. 
La terapia consistía, en hacer una serie de ejercicios en la piscina ,  mover piernas, brazos y andar por el agua, dos veces a la semana. 
Fue una gran idea, me sentó muy bien. 

Poco a poco, me dí cuenta, que no podía seguir así, llorando y lamentando mi suerte, no iba a conseguir nada, ni mucho menos curarme. 
Así que decidí cambiar de actitud, me volví positiva, empezé a salir a la calle, hablaba con la gente, si me preguntaban como estaba, sonreía y decía, - estoy bien. 


He aprendido, a vivir con mis limitaciones, me ha costado, pero al final lo he conseguido. 
El bien más preciado que tiene todo ser humano, es estar VIVO. 
Muchos se han quedado por el camino y a otros, ni siquiera les han  permitido nacer, ni realizarse como personas. 
Este es mi lema,  VIVE Y DEJA VIVIR. 
Disfruta el presente, nunca lo arruines por un pasado que no tiene futuro. 
Rodéate de buenas personas y sé una de ellas. 
Valora y haz feliz a los que te quieren, o al menos hazlos sonreír. 
Nunca te desesperes, ni pierdas la esperanza y lucha hasta el final. 

A mis padres, 
sois las personas más importantes de mi vida, además de mis pies y mis manos. 
Gracias por:  facilitarme la existencia, por vuestra dedicación, por vuestra paciencia hacia mí, por soportar mis continuos cambios de humor, por las noches en vela que a veces pasáis por mi causa, por cuidarme tan bien, por quererme, por comprenderme y sobre todo por estar a mi lado en los buenos y malos momentos. 
Gracias por todo, sin vuestra ayuda , jamás habría podido sobrevivir a esta maldición ,que nos ha tocado vivir. 
OS QUIERO!!!